Anhelo por la presencia de Dios y su poder
La Escritura nos dice en el Salmo
42:1 “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama
por ti, oh Dios, el alma mía” esta referencia al parecer nos indica la huida
del ciervo cuando es perseguido por los cazadores en el oriente (la palabra
brama también indica “anhela o suspira” la versión NVI traduce: “jadea”).
Este pasaje bíblico nos hace reflexionar
en la gran necesidad de la presencia de Dios en nuestra vida, y por supuesto en
toda la provisión que sólo en él podemos encontrar. Él es nuestro
Salvador, protector, es Aquel que renueva nuestra fuerzas y nos lleva al
destino que nos ha preparado.
El versículo siguiente de Salmo 42 nos dice: “Mi alma tiene
sed de Dios, del Dios vivo” lo que nos recuerda la importancia de
mantener una anhelo ferviente por la presencia divina, mucho más que el anhelo
del agua para vivir.
Buscar la presencia del Señor es
una decisión personal que nace en el corazón, y cuando no respondemos a ese
llamado de Dios, los resultados no son buenos, pues al seguir nuestro propio camino
hallamos por lo general angustias, dolores y fracasos.
Sin embargo él continua esperando
a sus hijos, por eso entremos en Su presencia, reconociendo nuestra condición y
necesidad, sigamos su consejo y todo será diferente.
David fue un joven apasionado por la presencia de Dios, era un apasionado adorador de Dios, esto lo convirtió en un poderoso hombre del Señor, en un gran instrumento en sus manos. La vida de adoración y el anhelo por la presencia de Dios no sólo te traerá muchas bendiciones, sino que te llevará al destino que Dios te ha preparado.
Por pastor Gonzalo Sanabria.
Anhelo por la presencia de Dios.