Devocional: La palabra de Dios es vida y salud.
La Escritura nos enseña que cuando los judíos regresan
del cautiverio babilónico se dan a la reconstrucción de
la ciudad de Jerusalén. Se adjudica la restauración del templo a Zorobabel y a
Josué, mientras que la reconstrucción de los muros se atribuyen a Nehemías, en
tanto que la restauración del culto a Dios y la lectura y práctica de la ley al
sacerdote Esdras…
Esdras es llamado por varios “el segundo Moisés”.
La historia y tradición de los judíos enseña que él conocía de memoria la ley
de Moisés. Esdras ocupó las funciones del sumo sacerdote hebreo y recaía en él
la autoridad religiosa y civil por disposición del rey Artajerjes.
El Señor respaldó de manera maravillosa a Esdras. Ten
presente que cuando hacemos lo que Dios nos ha encomendado siempre contaremos
con su ayuda y poder.
La Escritura nos dice en Nehemías 8:1-3 “Todo el pueblo se
reunió como un solo hombre en la plaza que estaba delante de la Puerta de las
Aguas… Entonces el sacerdote Esdras trajo la ley delante de la asamblea de
hombres y mujeres y de todos los que podían entender lo que oían… Y leyó en el
libro frente a la plaza que estaba delante de la Puerta de las Aguas, desde el
amanecer hasta el mediodía, en presencia de hombres y mujeres y de los que
podían entender; y los oídos de todo el pueblo estaban atentos al Libro de la
Ley”.
Es muy interesante considerar que Esdras
es un nombre que significa “Dios es ayuda”, él era un sacerdote y escriba
erudito y docto en la ley del Señor. El pasaje de hoy nos dice que ellos estaban
reunidos en la puerta de las Aguas para oír la lectura de la palabra del Señor.
La puerta de las Aguas, es un sitio significativo pues en varios pasajes de la Biblia la palabra de Dios se asemeja al agua, la cual trae vida, renueva, sacia la sed, limpia, transforma el desierto, así mismo la palabra de Dios da vida y transforma el corazón humano.
La puerta de las Aguas, es un sitio significativo pues en varios pasajes de la Biblia la palabra de Dios se asemeja al agua, la cual trae vida, renueva, sacia la sed, limpia, transforma el desierto, así mismo la palabra de Dios da vida y transforma el corazón humano.
Ellos leyeron la ley de Dios con
amor y disposición por horas y el Señor trabajó en sus corazones. La Biblia nos
enseña que adorar es además reconocer nuestra maldad y arrepentirnos, adorar es
rendir el corazón a la Palabra de Dios, y apartarnos de lo malo. Dispongamos nuestro
corazón para leer y poner por obra la ley del Señor.
Por pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer: "JESÚS HACE LIBRE AL CAUTIVO".
Devocional: La palabra
de Dios es vida.
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