Devocional cristiano de hoy: No hay poder más grande que el de nuestro Dios.
Es muy importante, sin duda alguna, mirar más la grandeza de Dios que el tamaño de cualquier obstáculo o dificultad. Concentrarse sólo en el problema lo hace más grande, mirar a Cristo te da la fuerza y sabiduría para superar toda adversidad. La devoción y fe de los antiguos hombres de Dios, inspiran al cristiano de hoy.
La palabra de Dios nos enseña en el devocional cristiano de hoy, según el Libro de los Salmos 61:1-4 “Oye, oh Dios, mi clamor; a mi oración atiende. Desde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando desmayar quiera mi corazón. Llévame a la roca que es más alta que yo, porque tú has sido mi refugio, y torre fuerte cuando estoy frente a mi enemigo. Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré confiado bajo la protección de tus alas”.
Como se nos enseña a lo largo de la Biblia, en este pasaje una vez más se nos dice que ante el desánimo y agotamiento lo mejor es buscar al Señor, adorarlo y mirar su grandeza, esto fortalece la fe del creyente, restaura sus fuerzas, pues lo que miramos determina nuestra actitud y fortaleza con la que haremos frente a toda dificultad.
Con razón, la Biblia nos dice que vivimos por fe y no por vista. Es por eso, que cuando una persona sólo ve los problemas y los obstáculos difícilmente avanzará; pero, si con los ojos de la fe, miramos la grandeza y poder de nuestro Dios, entonces caminaremos hacia el maravilloso destino que el Señor nos ha preparado.
Debemos tener en cuenta que este Salmo 61, fue escrito por David, y sabemos por la misma palabra de Dios que él tuvo muchos enemigos, enfrentó fuertes tiempos de persecución, y aun la traición de algunos de sus hijos, y la decepción por el comportamiento de éstos.
Sin embargo, como hemos leído, David
sabía de primera mano, que en Dios estaba su refugio y fortaleza; por eso él
expresa aquí: “clamaré a ti cuando mi corazón desmaye”. Es Dios la solución en todo
tiempo, y para toda crisis.
Podemos concluir entonces, que lo apropiado y correcto ante el desánimo o agotamiento no es renunciar, ni abandonarlo todo, lo que debemos hacer es:
a) Adorar y mirar la grandeza del poder
de nuestro Dios.
b) Reflexionar en cuantos milagros ha
hecho Dios a favor nuestro.
c) Recordar cuántas victorias nos ha dado el Señor, sobre todo en momentos cuando la batallaba arreciaba y no teníamos esperanza alguna.
Dios no cambia, y así como nos ha ayudado hasta hoy, nos seguirá ayudando hasta su segunda venida.
Cobra todo valor la expresión: “Puestos
los ojos en Jesucristo”, pues el mirar a Dios con los ojos de la fe, nuestro
corazón se hace fuerte, se renueva nuestra esperanza, y concluimos con certeza
que no hay nada ni nadie más grande y poderoso que nuestro buen Dios. Sin duda,
no hay poder más grande que el de nuestro Dios. (Escrito
por Pastor Gonzalo Sanabria).
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Devocional cristiano de hoy: No hay poder más grande que el de nuestro Dios.
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