La oración
es columna fundamental de la iglesia (1 Tesalonicenses 3:11-13). La oración que Pablo hizo quedó registrada en la
Biblia para enseñarnos no sólo como orar, sino para recordarnos la importancia
de no desmayar en ella, sino más bien perseverar con insistencia y por supuesto con fe…
La oración es fundamental en la iglesia:
“Más el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo,
dirija nuestro camino a vosotros. Y el Señor os haga crecer y abundar en amor
unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con
vosotros, para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en
santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo
con todos sus santos” 1 Tesalonicenses 3:11-13.
El apóstol ora encomendando a Dios su camino, y
solicita al Señor que haga crecer y abundar a la iglesia en amor, y en primera
instancia dice: “unos para con otros” y luego añade: “y para con todos”,
entonces la iglesia local es un excelente escenario donde debemos vivir y
expresar el amor como cuerpo de Cristo, y luego ese amor será irradiado a todos
los demás.
Es el Espíritu Santo es quien nos ayuda a caminar en
verdadero amor, aquel amor que procura el bienestar del otro
desinteresadamente. Es el amor que perdona, tolera, y procura que el nombre de
Jesucristo sea glorificado, es aquel amor que desplaza el egoísmo para ver y
vivir la obra y modelo de Jesús.
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Es muy interesante ver además la conexión fuerte que
se expresa aquí entre el amor y la santidad. La expresión “para que sean
afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad” nos deja ver que el
verdadero amor nos afirma en el camino de la fe en Jesucristo, y genera
santidad, pues el que ama no ofende ni lastima, el que ama no ofende a Dios
desobedeciéndole, ni lastima a otro con heridas en su corazón, pues el amor no hace daño.
Es muy importante ver que el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo
termina éste capítulo recordándonos que el amor y la santidad son virtudes
fundamentales y necesarias ante la venida de nuestro Señor Jesucristo, pues él
viene por una iglesia gloriosa, sin mancha y sin arruga. Vivamos entonces cada
día a la expectativa de la venida del Señor, en una vida de comunión con él.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
Te invitamos a leer el devocional: "CON CRISTO VENCEREMOS".
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