Devocional cristiano: Cuida
la palabra de Dios que has recibido.
Pablo escribe 1 Timoteo para animar e instruir a
Timoteo ante la difícil situación en la iglesia de Efeso por la falsa enseñanza
que se había difundido. Pablo inicia presentándose como apóstol, es decir uno
enviado por Jesucristo y ministro por mandato de Dios. Por tanto escribe con el
poder y autoridad delegada por el Señor mismo...
1 Timoteo 1:1-2 “Pablo, apóstol de
Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra
esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de
Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor”.
Expresa Pablo una fuerte relación filial con Timoteo
en Cristo Jesús, por eso lo llama “verdadero hijo en la fe” destacando el hecho
de que a través de Pablo Timoteo llegó ser cristiano.
Encargo de
enseñar la sana doctrina. 1 Timoteo 1:3-4.
La ciudad de Efeso, donde estaba Timoteo, era un
centro para el comercio, la política, religiones de Asia Menor y donde estaba
el templo dedicado a Diana (Artemisa) diosa de los efesios.
Abundaban las enseñanzas gnósticas e historias
fantásticas que algunos creían les ayudarían en su salvación. Vemos pues que
las enseñanzas falsas han sido un enemigo de la iglesia desde la
antigüedad.
Los falsos maestros motivados por sus egoístas
intereses estaban engañando a cristianos, y estaban enredando a la iglesia en
controversias y discusiones que no edifican al creyente. Más bien deben los
cristianos ocuparse del estudio y lectura de la Biblia, asunto que en realidad
edifica la fe.
Objetivo de la sana
enseñanza. 1 Timoteo 1:5-7.
Los falsos maestros son motivados por un espíritu
egoísta, hipócrita y un gran deseo de poder y prestigio ante los demás. Por el
contrario el ministro cristiano genuino está motivado por una fe sincera, y el
deseo de gradar a Dios.
Aquellos falsos maestros abandonado el sincero deseo
de servir a Dios y deseando convertirse en “grandes intérpretes de las Sagradas
Escrituras” generaron una vana y extensa palabrería, distrayendo con todo eso a
los cristiano del verdadero centro y objetivo: Jesucristo dador y sustentador
de la vida.
Falsos maestros que impulsados por su necio orgullo
“se desviaron”, esto nos permite pensar que un día caminaron por el verdadero
conocimiento de Dios, pero hinchados por el deseo de protagonismo y de tener
seguidores, terminaron siendo cautivos de su propio error, pues ni siquiera
ellos mismos entendían lo que hablaban y enseñaban.
Es necesario pues disponer nuestro corazón para Dios,
y afirmarlo en la poderosa y bendita palabra de Dios. Con la guianza del Espíritu
Santo sumérgete en la palabra del Señor. La sana doctrina que hoy habita en
nuestro corazón es un valioso tesoro que debemos preservar y valorar.
Escrito por pastor Gonzalo Sanabria.
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